martes, 21 de julio de 2009

ÚLTIMO SUSPIRO

Fue hace un año y nunca me atreví a hablar de eso, o quizá sí pero no con todo lo que eso conllevó. Era una habitación blanca con mucha luz, ahí estaba yo... ahí estábamos todos.Sabíamos lo que iba a pasar, sabíamos que no había vuelta atrás pero para entender mejor de qué hablo tengo que decirles quién era ella. Ella era Yola, Yolanda Elvira Arimondi, mi abuela.Poco se puede decir de una persona cuanod está viva, las descripciones siempre están de más... sus cualidades saltan a la vista. Ella era de esa clase de mujer coqueta que tenía todas las agallas para enfrentar, era sublime, irradiaba sensaciones por donde caminara. Todos queríamos en el fondo ser como ella, todos queremos en el fondo ser ella. Amable, educada, dulce, sobreprotectora, madraza, abuela con actitud. Todos los domingos todos teníamos esa cita, la cita... ir a su casa a degustar sus famosos ravioles caseros (que aunque estuviesen hechos con sesos todos comíamos -había logrado que olvidé ese detalle y disfrute de ellos-). éramos 20 personas y a ella no le importaba. Yo la amaba.Volví de un viaje largo en dónde lo único que se me representaba era su cara, ella... su cara... el mar, la psoriasis... su talento para convertir cualquier situación incomoda en amena... su dulzura, sus caricias... volví corriendo para encontrarla postrada, volví volando y la encontrada anclada.Fue terrible: esa imagen! mi abuela sentada en una cama con expresión de dolor esperando que dos mujeres la ayudaran a pararse, a dirigirse del cuarto al comedor. Casi no me reconoció... yo venía negra y oscura... venía sacra; la miré una sola vez en todo el almuerzo, la lluvia ácida recorrió mis venas: esa no era Yola. Traté, como pude, de reencontrarla, le conté del mar muerto, me centré en las historias divertidas (con las que ella lloraba de la risa), el resultado fue nulo; ese 3 de julio me di cuenta de que ella que había estado en absolutamente todos los eventos de mi vida, que se reía con picardía de mis desgracias, no sabía que había vuelto o lo que es peor sufría tanto que no podía sentir alegría. Corrí al baño en el intervalo entre la comida y el postre... me senté y lloré. Automáticamente caí en la cuenta de que ya no sería mi abuela la que me retara por mis remeras cortas, por mi afición a andar desabrigada, por mis quejas de amor no correspondido... por mis ganas de caminar y no tomar taxi. Me di cuenta de que irse está bueno pero que cambiaría todos esos días europeos por llevarla una semana a Brasil y ver su cara al chocar con el mar. Ví cómo movían sus piernas con cuidado y su cara de dolor inmaculado... hablé con Don Luis y traté de hacer cómo si no estuviese consciente del cambio. La pobre intentó dialogar conmigo, lo único que hacía era repetir lo lindo que la habíamos pasado aquella vez en el barco, me decía: "te acordás..." y después me señalaba una muñeca que le mandé de Londres... sabía cuanto le gustaban las muñecas de porcelana y por suerte llegó a tiempo... al menos sentí un poco de satisfacción. Los días que siguieron fueron negros, la internación fue como todos las internaciones, el problema fue que ella recibió una transfusión y volvió. No sé si volver era la opción... porque por unos días nos reconoció, la única pregunta que hizo fue si iba poder caminar, la respuesta fue no. La transladamos a su casa un 17 de julio. El 21 murió.Estámos todos en una habitación blanca, es de noche... llegamos a las 12 y son las 8... las respiraciones son agitadas, sólo una va lenta... y cada vez hay más espacios entre un suspiro y el otro. Macki no le suelta la mano, Mechi no quiere salir del cuarto... mamá y la tía no tienen ojos, yo ya no quiero estar ahí... no la reconozco. En 24 horas recibió tanta morfina que ya no está más... no se despierta, sólo se queja... tiene una mano en pinza (no importa, qué más da).El nano charla con el abuelo en el living... yo no puedo más. La veo a Vero explotar, cortó el telefono y corró a esa habitación blanca, me acerco corriendo... escucho por tu última vez su último suspiro. 21 de julio mi abuela no respira más. (21/07/09)